sábado, 17 de octubre de 2015

Un breve vistazo en la dieta regular que, seamos honestos, todo el mundo debería tener.

¿Qué rayos come un diabético? Esa es una gran pregunta, incluso podría parecer uno de los grandes misterios del universo para alguien que no está familiarizado con la "enfermedad". Hace un tiempo, yo habría respondido lo mismo que muchos: "Eeeeh, se supone que no deben comer azúcar, ¿cierto?" Pues sí, es cierto. Pero no es todo. De hecho, podríamos decir que es la punta del iceberg, y en la mayoría de las ocasiones, el iceberg equivocado.






Cuando debuté en la dm1, una de las primeras indicaciones que me dieron fue el cambio de alimentación. Antes de que cundiera el pánico, me explicaron que además de dejar el azúcar procesada, debía iniciarme en el maravilloso arte del conteo de carbohidratos. Debo reconocer que respecto a esta materia siempre fui una ignorante. Comí sano toda mi infancia y adolescencia, pero sin saber muy bien cómo funcionaba todo eso de las proteínas, vitaminas y las calorías... ni hablar. Bueno, ahora tenía que aprenderlo por necesidad vital, así que me dediqué a ello con entusiasmo. Fui a la nutricionista, quien muy consciente de la cantidad de información que estaba haciendo explotar mi cabeza, me entregó un listado de todos los alimentos (los más comunes, en realidad), con la cantidad de carbohidratos que cada uno contiene en determinadas porciones. Me dijo, además, que la cantidad de carbohidratos que debía consumir por día eran 200, divididos ojalá en 4 comidas, realizadas cada 4 horas entre las 7 am y 8 pm. En ese minuto no me hice -por sanidad mental- todas las preguntas que seguramente rondan la cabeza de ustedes, lectores: ¿200, tan poco? ¿Cuatro comidas diarias? ¿Hay tiempo para eso? ¿Todos los alimentos tienen carbohidratos? ¿Por qué los carbohidratos?

He aquí el misterio, revelado junto a su solución:
NO ES EL AZÚCAR, SON LOS CARBOHIDRATOS.
O sea, NO ES LA NUTELLA , ES EL PAN !!

Los carbohidratos, o hidratos de carbono, son los que prestan energía inmediata al cuerpo para que este pueda llevar a cabo sus funciones. Al ser ingeridos, se transforman en glucosa o azúcar que va por el torrente sanguíneo para ser transformada por la insulina en energía utilizable. Y como vengo mal de fábrica, y casi ni produzco insulina , el azúcar se queda forever and ever en la sangre, tranca todas las puertas, deja la mansa cagaíta yyyy bueno... es por esa razón que mi consumo de carbohidratos debe restringirse, porque la insulina que tengo funcionando es artificial y por lo tanto, limitada. De la insulina hablaremos en otra ocasión, pero lo que debemos saber right now es que ella y la alimentación son las mejores amiguis y siempre hacen todo juntas porque se aman mucho. En fin, sigamos con los carbs.

El azúcar procesada es veneno y eso todos lo sabemos.
Los carbohidratos son el "azúcar buena onda" , pero que a la larga también puede ser perjudicial. La idea es que, seamos diabéticos o no, consumamos la cantidad necesaria para que el cuerpo funcione y siguiendo horarios ordenados. Si nos llenamos el hocicoh con más carbs de lo que el cuerpo pide, sí que seremos unos gordos lechones y con bastantes problemas de salud. Mucha gente debuta en la diabetes tipo 2 por desórdenes alimenticios. En mi caso, mucho carb sin tratamiento de insulina me lleva a una hiperglicemia constante - con glicemia me refiero al azúcar en la sangre-.

Entonces - AJÁ!!! -  lo que realmente debo controlar es el consumo de carbohidratos. El azúcar venenosa, ¡fuera! Adiós Coca-Cola , chocolates con menos de un 50% de cacao - chocolate de mentira- , dulces, pasteles , productos Fruna , galletas Carioca , bebidas energéticas , churros del carrito.
El consumo de alcohol y cigarros también debe limitado y ojalá extirpado , pero gracias al Pulento que no soy una viciosa de aquellas, así que good for me.
Y los carbohidratos pesados deben ser tratados como placeres culpables. Comida chatarra en su amplia variedad: hamburguesas, sopaipillas , completos , fritangas de dudosa procedencia , alollados plimavela del chino de por ahí , palomas asadas de los peruanos en Plaza de Armas, y cualquier cosa que tenga alto contenido calórico y pueda volver crítico mi nivel de colesterol. Porque OJO PESTAÑA CEJA,  además de los carbs , el control del colesterol debe ser , si no exhaustivo, bastante prudente. Pero repito, no es sólo un asunto diabético. Es algo que nos concierne a todos.

En cuanto a proteínas no hay un control establecido. Si quiero comerme el mansoniquebistec, puedo hacerlo. El detalle que importa y que también incide en la glicemia, es la preparación. La elección del aceite, por ejemplo, o la cantidad de sal. Preferentemente consumo aceite de oliva, y poca sal, ya sea en la cocción de comidas como en la preparación de ensaladas. Respecto a las verduras, la gran mayoría no tienen carbohidratos, y los que tienen , son niveles muy bajos que no ameritan gran preocupación. O sea, puedo comer lechuga hasta aburrirme. Y carnes , mariscos, pescado. Pero las frutas... son oooooootro cuento.

Las frutas no necesitan azúcar añadida, porque ya tienen su azúcar natural, la fructosa. Dependiendo de la porción y su cantidad de carbohidratos, puedo comer cualquier fruta. Por ejemplo, todos los días me como un plátano, pero este no debe estar maduro, porque tiene más azúcar. Lo mismo las peras, manzanas o duraznos. Como no puedo comerlo todo verde , la porción debe disminuir. Hay frutas que son más convenientes maduras, como el kiwi, por su alto porcentaje de vitaminas (además es re malo cuando está inmaduro...) Y otras que contienen menos azúcar, como frutillas, frambuesas y arándanos y que además son antioxidantes y puedo comer en mayor porción. La sandía es casi pura agua, pero su nivel de fructosa es alto, así que con 1/2 taza ando bien. Y así... en cuanto a frutos secos, funcionan muy bien como snack entre comidas, para calmar el apetito y la ansiedad sin incidir en la glicemia. Así que en vez de comerme unos doritos o cualquier otro chanchullo, mastico nueces, almendras y pistachos.



Todo lo demás tiene carbohidratos. El pan , los fideos , el arroz. Masas en general. Lácteos , papas , cereales. Aquí lo que nos interesa es el etiquetado nutricional que los productos llevan en sus envoltorios. Nunca antes había mirado esta información y ahora no puedo vivir sin leerla con atención. Lo primero que reviso son los carbohidratos, obvio. Su cantidad por porción y el total. Luego los azúcares añadidos, las calorías , las grasas, las fibras. Por supuesto , opto por los alimentos que posean una cantidad baja de carbohidratos, por una cosa de administración y economía. En estos meses de diabetes mi banco de carbohidratos se ha desarrollado muy satisfactoriamente y pretendo que siga así el resto de mi vida. Es muy importante ahorrar , armar estrategias, planes de consumo, balances , estudios de mercado.

Años atrás no habían muchas alternativas alimenticias para la gente diabética y la única forma de sobrevivir era privándose de comer la mayoría de las cosas. Ahora, por fortuna, no es así. Si quiero comer pan, la mejor opción es el molde integral. No es que la marraqueta esté prohibida, pero una mitad equivale a 30 gr de hidratos de carbono y si en la once debo comer 50, ya se me fue más de la mitad en ese pedacito minúsculo. Esas correspondencias son importantes también, investigar y conocer todas las alternativas a lo que comía anteriormente. Al comienzo, me frustré un poco porque no sabía que comer. Pero dejé que se pasara la maña y empecé a buscar. Lo que encontré y sigo encontrando es muy entretenido, independiente de si puedo comprarlo o no, porque lamentablemente, mientras más saludable quieres ser, más caro te resulta.  Por otro lado, y sin ir más lejos, la experimentación en la cocina también resulta bastante gratificante. No me he dado muchas oportunidades para cocinar, pero sé que la creatividad es clave. Y hacerse las cosas simples. Volver a lo básico, a lo sencillo que es preparar una comida, una porción que sabes que es adecuada , agradecer que puedes comerla y tan sólo disfrutarla.

Organizar mis horarios y cambiar el plan alimenticio con ayuda de diabetólogo y nutricionista no fue difícil. Lo complicado y que debe practicarse todos los días es la ACTITUD HACIA LA COMIDA. Tener una buena relación con lo que se come , saber qué es, sus propiedades, admirar sus colores , olores, sabores y texturas. Cocinar con agrado y tranquilidad , comer sin ansiedad, darse el tiempo de digerir con un tecito y buena sobremesa... todo aquello es fundamental. No es tarea sencilla, nuestros ritmos cotidianos no nos permiten practicar lo que estoy predicando ahora mismo. La mayoría de ustedes puede hacer la vista gorda al respecto, priorizar los estudios o el trabajo, pero yo no puedo. Y ahora que sé que es primordial en mi condición, tampoco quiero.

Muchas veces me siento mal, triste y molesta porque no puedo saltarme una comida si quiero. Porque antes de comer debo chequearme la glucosa , saber los ingredientes de todo y ponerme la cantidad de insulina apropiada. Porque la vida social gira en torno a la comida y la bebida, y yo necesito otras cosas. Qué fome es para mí que la salida con amigos sea ir a un buffet de pizzas o carretear con mucho alcohol y nada de comida. No puedo ponerme insulina en medio de la calle , y no puedo comer esas cosas todo el tiempo. Qué fome es ser la que le pone reparos a todo porque no puede consumirlo. Me siento muy sola en esos momentos, pero no le reprocho esto a nadie, porque yo también hacía lo mismo antes de ser diagnosticada. Luego pienso en que no es sólo mi condición..realmente es mi opción. Podría mandarlo todo al carajo y comer todo lo que se me ocurra, pero no poh, no funciona así el asunto. Me quiero, me quiero mucho, y la sensación de liviandad que estoy experimentando a medida que pasa el tiempo es asombrosa. Me gusta sentir que, poco a poco, mi relación con la comida se va modificando. La necesito para que mi cuerpo funcione, mi alma necesita otro tipo de estímulos y alimentos. Además, ¿efectivamente tengo de qué quejarme? Pues claro que sì jaja, pero a lo que voy es que es difícil para quienes me rodean el acordarse de que tengo otros hábitos, o aprenderse de memoria la tabla de carbohidratos. Yo no le pido a nadie que cambie sus costumbres por mí. Pero sí, la sutileza se agradece Y MUCHO, al igual que las burlas. Todo en su justa medida. A veces  ando muy sensible y simplemente no soporto que coman "cosas ricas" frente a mí. Se agradece el interés, el querer conversar del tema, el querer saber de mi alimentación para ofrecerme opciones. Y también se agradece la soledad y el espacio cuando me viene una crisis y no puedo lidiar con las cosas que comen los demás. Es una cosa de respeto y amor, y como siempre, de tiempo.

Por eso, gracias a todos los que se muestran interesados en este tema en particular , quienes me pidieron escribir esta entrada, ya sea para cocinarme algo rico, invitarme a salir o simplemente saber qué mierda puedo comer.
Gracias a quienes ya están más familiarizados con esto , y han cambiado, sin quererlo e inevitablemente, algunas de sus costumbres alimenticias para acomodarse a las mías.

Es bueno que hagan su vida normal, cabros y cabras. Yo hago la mía con normalidad también , pero ya saben que todas las normalidades son diferentes. Me cuesta aún el encajar mi vida con las de ustedes , y me seguirá costando, pero PACIEEEENCIA. Por ahora, evito un poco la vida social que involucre comer, beber y bailar toda la noche, no porque no pueda, INSISTO en eso; más bien por una cosa de ajustes,  introspección y descubrimientos personales. Y también plata , porque soy una pobre rata universitaria.  Así que si invitan a algo, que sea piola y livianito jajaja , mientras más casero, mejor !

PS; Por razones de retinopatía diabética severa (tema para otra entrada, ojalá) no puedo hacer ejercicio, por lo cual me disminuyeron el consumo de carbohidratos , y ya no como pastas, arroz y papas. Y pan...bueno, dos o tres rebanadas supongo que están bien por día. Lo tiro como dato por si quieren invitarme a almorzar... Todo sea para complicarles la vida JAJA .

PS2; Si a alguien le interesa, aquí hay una lista de intercambio de carbohidratos MUY ÙTIL:  http://diabeteschile.cl/nutriendo-tu-diabetes/wp-content/uploads/2015/08/tabla-hidratos-de-carbono.pdf

PS3: No como nutella , pero bienvenida la mantequilla de maní ! Lechona se nace.





lunes, 12 de octubre de 2015

The Hypoglycemia Experience

Mi próxima entrada debería haber sido referente a la alimentación, ya que algunos se mostraron bastante interesados (oye, ¿qué mierda puedes comer?). Pero surgió un imprevisto y quiero escribir acerca de ello.

Nadie debería tener que soportar al monstruo en que me convierto cuando sufro una hipo. Nadie. Pero ya está, si no hay nadie, las cosas pueden resultar bastante más terribles. 

¿A qué me refiero, pues? A una hipoglicemia, el terror que le oscurece el corazón a todo diabético (no sería yo si no le doy un poco de color). Básicamente, una baja de azúcar. Sí, todos los seres humanos sufren bajas de azúcar, ya sea por no comer a horas adecuadas, cansancio, ejercicio desmedido, y otras variables. Así mismo ocurre con las alzas, pero estas se producen por exceso de carbohidratos y/o azúcares refinadas, sedentarismo nivel gordo lechón y sobre todo...estrés. Este estado de alza (hiperglicemia) prácticamente viene por default en el diabético, y eso es lo que tenemos que controlar. Nuestros niveles de glucosa en la sangre siempre van a ser más altos que los de ustedes. Por ejemplo, 70-80 mg en la sangre es normal para cualquiera. Para mí lo es entre 100 y 130. Y si mi medidor de glucosa me arroja bajo 100, podemos decir que hay que andarse con cuidado. 

La hipoglicemia es una experiencia diferente para cada diabético. Hay síntomas estandarizados, obvio, pero no se presentan en todos por igual. Y los números también pueden variar. En mi caso, bajo 70 mg ya es hipo, pero generalmente asintomática. Ya cuando estoy en 50-60 puedo sentir ciertos síntomas tales como: calor, sudor frío, mareos y visión borrosa tipo pre-desmayo. En esas ocasiones reacciono con calma y hasta buen humor. Olvídense después del rebote, la glucosa sube un montón, y la jornada se convierte en una mezcla de montaña rusa con tagadá, así tal cual. Que no les extrañe mi mala cara posterior, si es que tienen la desgracia de apreciarla luego de aquellos episodios. Quedo casi momificada luego del gasto de energía del cuerpo tratando de regular sus procesos. 

(Por favor, traten de no leer esto desde su perspectiva de las cosas. Mi cuerpo funciona diferente al de ustedes).

Hay momentos en los que la hipoglicemia se presenta -en mí- de otra manera. 
Pongamos el caso de ayer, el imprevisto que les mencioné,
Como estoy en los días previos a mi menstruación, la glucosa tiende a subir un poco y aunque esté sin comer todo el día, se mantiene estable (he aquí otro tema interesante para futuras entradas). Sumemos eso al que, efectivamente, no comí a la hora adecuada + agotamiento + factores emocionales que no viene al caso explicar ahora. Todo eso da por resultado una bienvenida con bombos y platillos a la hipoglicemia, sin tener los niveles lo suficientemente bajos como para ello. Pero es que, al fin y al cabo, da lo mismo. Conversaba con un viejito diabético el otro día, que me contaba que él ya estando en 90 sentía la hipo, y que debía comer cada 2 horas para evitarlo. Durante la mañana me sentía muy bien, productiva, incluso alegre. Pero no respeté mi hora de almuerzo -y como funciono con la energía mínima por la ingesta reducida de carbs-, entré en un estado del cual no pude salir en todo el día, 

Primero, vinieron el mal humor y la confusión. Quería comer, pero tenía la mente embotada y no podía decidir nada. (¿Quiero lechuga o acelga?) Eso se agudizó con el paso del tiempo, y se transformó en rabia, desconexión y malos pensamientos. 
Me vacié de energía y no podía sujetar nada con las manos.Pronto me vi imposibilitada de comunicarme verbalmente, algo que duró hasta que me acosté a dormir. 
Luego, apareció el frío, los temblores, y sobre todo, el hambre intensa que siempre suelo graficar como un agujero negro en el estómago. Sentía tantos deseos de comer, que ya no quería comer nada (¿no les ha pasado alguna vez?) No quería nada, de hecho. Sólo revolcarme en mi miseria hasta que alguien me rescatara de allí. 

Aquí está el problema: esto es tan nuevo para mí como para ustedes, sobre todo quienes viven conmigo y me ven todos los días. No los culpo por no saber como reaccionar, porque claramente no lo saben. Hay que aprenderlo con el tiempo, yo también estoy aprendiendo. Pero en esos instantes críticos no era ese mi pensamiento. Creo que fue mi ira desmedida la que me hizo caminar hasta el refrigerador y sacar una Coca-Cola. Qué asco. Tomé unos sorbos y no pude más. 

Horas después, ya me encontraba un poco más restablecida, pero no quería comer. No quería hablar. No quería explicar, ni reír, socializar o caminar. Estaba cansada y me sentía muy miserable, como un Gollum cualquiera, porque un hecho tan "simple" como una hipo le abrió la puerta a una crisis mayor, llena de esas cosas oscuras que una quiere mantener a raya. Bueno, nada que no se quite comiendo y descansando. Por eso escribo esto ahora, porque estoy de vuelta en mi """sano juicio""". Y sé que no debería hacerlo, porque nadie me juzga, pero quiero pedir disculpas. Soy una persona complicada para convivir. Muchas veces soy un encanto, pero también soy huraña e introvertida. En las instancias de crisis las oscuridades se muestran ante todos y la diabetes no hace más que volverme demasiado transparente. Me disculpo porque, mientras esté descubriendo como controlar estos episodios y volverme una mujer más equilibrada, tendrán que seguir soportando al chupasangre energético en el que me convierto. 

Ahora, si quieren soportarlo de mejor manera, unos breves consejos:

- Gaseosa azucarada o jugo muy dulce siempre a mano, el líquido se absorbe más rápido que un chocolate. Si no quiero beber, oblíguenme con firmeza y amabilidad, la rudeza no sirve. Y si estoy inconsciente, una inyección de glucagón en el muslo (me da flojera dar un instructivo). 

- El medidor de glucosa es muy importante, debo testearme sí o sí para saber si estoy más restablecida. Si es así, el chocolate me vendría bien. Pero un trocito, no la barra entera! Después de un rato, debería ingerir una comida más apropiada. 

- Actuar con rapidez y calma, no alarmarse ni ponerse violento porque eso me producirá rechazo y probablemente me sienta peor. No me haga hablar ni moverme más de lo necesario, porque no podré hacerlo. Tampoco me hable fuerte o se ponga a gritar, porque lo odiaré a muerte. 

- Los cambios de humor son más naturales de lo que se piensa, porque, como ya señalé, los niveles de azúcar son más juguetones y veleidosos. Pero si ve que empiezo a encerrarme en mi misma al punto de ojos llorosos + silencio absoluto, preocúpese. Puede ser una crisis de cualquier tipo, relacionada o no con la diabetes, pero preocúpese igual. Nunca se sabe. 

- Todo lo que aconsejé lo hice pensando en situación de casa. Si estamos en la calle, tengo carnet de diabética con números de emergencia, y snacks para el imprevisto. Mmmhh, a veces olvido esto último jaja, pero cochinadas con azúcar venden en todas partes. 


A veces pienso que la gente necesita ver cosas terribles para recién tomar las precauciones necesarias. En cierto modo, es así. Y eventualmente, pasará. Pero la información de primera fuente siempre se agradece, y el pasar por estas experiencias es parte de la investigación, lo quiera o no. Me cuesta sincerarme respecto a estos temas tan personales, pero es un buen ejercicio y me siento mucho más aliviada. Eso, gracias, espero sus comentarios de "déjate de huevear, y come!". 

*

sábado, 29 de agosto de 2015

Si la vida te susurra "e x p l o t a"...

...házle caso. POR FAVOR.


Muy bien, como aconseja la sabiduría popular, partamos por el principio.
O el principio falso, según yo. Pero, ya, démosle.

Estado físico - mental , última actualización 01/12/2014 DEPLORABLE.
Hambre: infinita.
Sed: abismante.
Orina: sólo puedo decir que tenía un mapa mental de todos los baños públicos de Santiago.
Visión: niebla matutina , nublado, chubascos a media tarde, luego un sol espeluznante y una larga oscuridad.
Otros: Estreñimiento imperturbable. Diarrea una vez cada dos semanas. Deshidratación. Intoxicación con agua. Vómitos recurrentes. Insomnio , a veces. Cansancio nivel Kaiosama, siempre. Temperatura corporal, me la suda, literalmente.
Otros pt 2 : estrés, tristeza, conflictos sin resolver.


Luego de vomitar todos los días durante una semana, y casi morir en una calle del centro de Santiago -el calor era insoportable y por mi trabajo yo debía caminar todo el tiempo- , decidí ir a un médico general. Le hablé de que no soportaba la deshidratación y la doctora me dio órdenes para todos los exámenes del universo porque lo primordial era descartar la diabetes. . Cuando me tomaron una muestra de sangre para medir la glicemia , la enfermera me miró impaktrueno , murmuró una cifra y se puso a conversar airadamente con otra enfermera. Me dijo que no podía realizar la curva de glucosa porque podía morirme y blah blah, chácharas que no entendí. Al final , me devolvieron el dinero de ese examen y dejé pendiente otro. Ese "otro" consistía en depositar toda la orina de tu jornada en una botella y yo llené 3. Tres. T R E S . La enfermera que recibió mis tres litros también quedó impaktrueno, disimuló con la feroz poker face y se fue como pudo, cargando mis orines ambarinos. Un par de días después, me entregaron los exámenes con cara de "pobrecita". No entendía nada. Ubiqué a la Ale, mi enfermera de cabecera - y uno de los personajes importantes de esta historia, pronto les facilitaré su ficha técnica - y le señalé los valores de mi glucosa en sangre (sobre 400), orina (1000, con cetonas, qué rayos son las cetonas) y niveles de colesterol (tan altos como el Costanera Center). DIABETES, fue todo lo que dijo. Recuerdo que era un día soleado. Yo estaba en mi hora de colación. Fui a un supermercado cercano, compré una botella de Coca-Cola, y la bebí leeeeentamente. "Si esto es diabetes, this will be the last Coca-Cola que beberé in my entire life." (Me cuesta no pensar en spanglish.)

A partir de ese instante inmóvil en el tiempo, muchos otros instantes surgieron , ruidosos, caóticos, tan rápidos que no asimilé nada. Sólo le dije "bueno" a todo y actué, aguantando la respiración.

Esto es diabetes, dijo mi madre. Bueno.
Hay que llevarle los exámenes a la doctora. Bueno.
Esto es diabetes, dijo la doctora. Bueno.
Seguramente es tipo 1, pero yo no puedo diagnosticarla. Eso debe hacerlo un diabetólogo. Bueno.
Hágase estos exámenes de anticuerpos y luego diríjase a tal parte, llame a esta otra doctora. Bueno.
Debe inyectarse insulina. Bueno.
Compre tal y jeringas tal. Vaya donde la enfermera para que la eduque en insulinoterapia. Bueno.
Lávese las manos. Levántese la polera, la jeringa va así. Pínchese de tal manera. Eso, eso. Está muy bien. No duele,  Bueno.
¿Cuánto es? $30.000 en total. Sin contar la máquina para medir glucosa, tiras reactivas, lancetas, y qué se yo cuanta otra cosa de nombre raro. Bueno.
Esto es diabetes, dijo todo el mundo, Bueno.

Bueno.

Esperen. -Solté un vapor por la nariz-
¿Por qué?
No, en serio. ¿Por qué?

ANTECEDENTES FAMILIARES ANTES DE DICIEMBRE DEL 2014:
Madre con diabetes gestacional.

ANTECEDENTES FAMILIARES DESPUÉS DE DICIEMBRE DEL 2014:
Madre con diabetes gestacional
YYYYYYYYYYYYYY
abuelo paterno desconocido diabético tipo 1.

Qué larga historia ésa, pero en fin. Tengo un abuelo que, sin saber de mi existencia, me regaló desinteresadamente una condición que tendré que llevar como bandera flameando al viento durante toda mi vida. Si no me hubiese enterado de ese detalle, tal vez seguiría dando botes de pelota desinflada. Me habrían diagnosticado mal, probablemente como tipo 2 y eso sería todo, muchas gracias. Menos mal que la vida se empeña en abrirme los ojos. MENOS MAL. No me quedó otra que mantenerlos abiertos y moverme rápido y con sigilo, como un gato ninja sobre los tejados. Digo que no me quedó otra porque en esos momentos de verdad sentí que no tenía opción. Mi confusión era una grandísima hija de puta. Soy una mujer organizada, voluntariosa, atinada. Pero mi cabeza era una paila de huevos revueltos con jamón y tomate. Y no había pan. Ni té. Qué irritante. No debía estresarme y llorar de desesperación, pero lo hice. Me estresé y lloré, y luego seguí como un androide hasta que unos meses después apagué el automático y percibí que todo (me) dolía profundamente. Solté - por fin - el aire que estaba aguantando en los pulmones. Y mientras me preguntaba ¿QUÉ MIERDA ES LA DIABETES?, me caí.

Auch. 

sábado, 22 de agosto de 2015

Una breve introducción :

Todos los fines de semanas, incluyendo -a veces- los días viernes, me encierro en mi departamento a descansar. Duermo, leo, escribo, veo películas, bailo, canto, río a carcajadas, y por sobre todo, derramo una buena cantidad de lágrimas. Esta costumbre la adquirí hace un par de meses atrás, y me ha servido bastante para enfrentar el resto de los días de la semana.

Hace ocho meses que fui diagnosticada con diabetes tipo 1, y sólo hace un par de meses asumí lo que eso significaba. Ojalá pudiese afirmar que, por fin encontré el camino hacia la aceptación, pero no es tan simple. Muchos me dirán: pero oh, qué valiente, y otros tantos : para de alumbrarte, si no es tan terrible, hay peores cosas en el mundo, al menos estás viva. La mera verdad , mis pinches cabrones: no me interesan los comentarios halagüeños, ni la mierda cínica disfrazada de autoayuda. So, maricones sonrientes, eat your shit and fuck off. El resto que se quede, pues es a ellos - a ustedes - a quienes escribo. Para que conozcan mi vida tal cual es ahora, con sus literales alzas y bajas, y para que se conozcan ustedes mismos como gente-muy-cercana-a-una-diabética. No es una tarea fácil, y por eso es que estoy realizando esta humilde labor: porque los quiero mucho y quiero que sigan siendo parte de mi universo.

Casi siempre, el problema que genera esta condición (al igual que tantas otras) es el ensimismamiento, la introversión aguda , la sensación de patíbulo y posteriormente, la depresión. Yo, si bien tengo un temperamento melancólico y en variadas ocasiones me muestro introvertida, nunca he padecido depresión (o al menos, no me he enterado.) Lo que sí, casi toda mi vida he pensado que mis problemas, sobre todo los emocionales, no son problema del resto y me los he callado para no ser una molestia**. He guardado eso, y como soy una pequeña dulce esponjita, también he empatizado con las problemáticas del mundo y mis más cercanos, inflándome como un sopapiglobo hasta explotar. No es bueno, no es saludable, y debo detenerme. Mis problemas sí que son los problemas de quienes me aman y me ven diariamente, y más aún si tengo diabetes. Porque la diabetes no me transforma sólo a mí , si no que a toda mi familia, amigos y entorno.

Es por eso que decidí empezar este blog.
Para abrirle las puertas a quienes decidan entrar y quedarse.
Para abrirles la ventana a quienes decidieron quedarse hace tiempo, pero necesitan al igual que yo, una brisa (o un huracán, que sé yo) de aire fresco para asimilarlo todo.
Para que aprendamos juntos, porque para mí también es una dimensión hermosa y desconocida.

Es aquí donde les contaré mis aventuras y desventuras de la forma en que las he contado siempre, con ciertas reminiscencias al surrealismo, dadaísmo, realismo mágico, expresionismo alemán y el clásico aluciernogenismo que me caracteriza. Sumándole, claro está, el factor "hola, soy diabética y quiero llamar su atención."

así que... eso es to-eso es to-eso es todo amigos !
Attenti al lupo !

** Antes de que me acribillen a tomatazos, me refiero a PROBLEMAS, o conflictos, períodos de crisis que deben ser exteriorizados y compartidos por un asunto de salud espiritual y como primer paso hacia la curación. Los pseudo-problemas que postean por las redes sociales me importan un real bledo.